Hace poco vimos cómo la llegada del invierno y la caída de las temperaturas afectan directamente a cómo arranca nuestro coche. Pues bien, esta previsible avería que a todos los conductores nos acaba pasando por el simple desgaste de las baterías siempre acaba con la misma pregunta: el coche no arranca, ¿y ahora qué?
Bueno, lo más fácil es llamar a la asistencia del seguro, pero también podemos salir del embrollo por nosotros mismos gracias a unas pinzas. Hoy te vamos a explicar cómo se usan las pinzas de arranque.
Un par de pinzas son suficientes para revivir a un coche con la batería descargada (temporalmente).
Si el aporte de electricidad en la batería está agotado o es insuficiente para que el motor de arranque consiga poner en marcha el motor, podemos darle ese extra tomando la electricidad de otro coche donante.
El procedimiento es tan sencillo como un juego de colores en el que tendremos que guardar siempre el mismo orden.
Normalmente un par de pinzas son de color rojo y la otra pajera de color negro. Utilizaremos una de las pinzas rojas para conectar al borne positivo del coche donante, y el otro extremo al borne positivo del coche que no arranca. Las pinzas negras las conectaremos de la misma manera: del borne negativo del coche donante al borne negativo del que no arranca.
Con el coche donante arrancado y el motor ligeramente revolucionado ya estaremos mandando electricidad al coche que nos ha dejado tirados y, al mismo tiempo, produciendo cierto excedente de electricidad para el donante. Será entonces cuando podremos intentar arrancar el coche cuya batería se ha descargado.
Si el coche ha arrancado, perfecto. Una vez que el segundo coche haya arrancado será hora de retirar las pinzas, y tendremos que repetir la misma secuencia que para ponerlas pero en el orden contrario, desconectando primero el negativo y luego el positivo. Sobra decir que en todo este proceso hay que evitar que una vez conectados los cables a una batería hay que evitar tocar una pinza con la otra o la chapa desnuda del coche o cualquier otro elemento metálico.
En caso de que no arranque podremos dejar que el donante aporte un poco más de electricidad durante unos minutos y hacer un segundo intento, pero si no arranca rápido lo mejor es dejarlo estar y, entonces sí, llamar a la asistencia. Insistiendo puede que el coche siga sin arrancar y, además, los cables de las pinzas se pueden sobrecalentar y estropearse (o quemarse).
Ahora bien, sí hay que tener en cuenta que si llega el momento en el que tenemos que hacer uso de las pinzas para arrancar, es un síntoma inequívoco de que la batería del coche está en las últimas y deberemos cuanto antes a nuestro taller más cercano.
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