El Ateca es la primera incursión de SEAT en el segmento de los SUV, y lo hace con muy buen pie aprovechando las sinergias del grupo VAG. Basado en el León, el Ateca toma sus rasgos estéticos y el interior, aunque con algo más de calidad
El Ateca es el primer SUV realmente de la marca SEAT, está en la talla del León y comparte mucho con él. La versión Xcellence es la más alta en equipamiento y combinada con la tracción 4 Drive tenemos un Ateca bastante completo.
Con el motor 2.0 TDI de 150 CV tenemos un Ateca bastante equilibrado (también en versión gasolina con idéntica potencia) y posiblemente a lo largo de su vida comercial sea la versión más vendida. Si a esto añadimos un interior muy amplio tenemos un coche muy apetecible.
Tracción delantera o total
La gama del Ateca se presenta corta en cuanto a potencias disponibles, pues sólo podemos elegir entre 115, 150 ó 190 CV. En las dos primeras se puede elegir tanto un motor diésel como gasolina y la última está reservada en exclusiva para la versión más potente del motor 2.0 TDI. Igualmente los cambios disponibles son pocos: o manual de seis velocidades o automático DSG de siete velocidades disponible para las versiones de 150 y 190 CV.
En lo que se refiere a equipamiento sólo podemos elegir entre los acabados Reference, Style y el más completo Xcellence. De los dos últimos tenemos unos acabados suplementarios (Style Plus y Xcellence Plus) que configuran unos niveles de equipamiento muy bien escalonados.
Para los más aventureros podemos elegir el Ateca con tracción total también en las variantes de 150 y 190 CV, siendo el resto tracción delantera.
A pesar de esas «limitaciones» en lo referente a potencia y equipamiento, la gama Ateca está compuesta por un número suficiente de versiones que podrán satisfacer la demanda de prácticamente cualquier comprador.
Aire a León
Que el Ateca está emparentado con el León es algo que se ve a simple vista: de frente de lado y por detrás se ve como un Leon 5 puertas sobreelevado, pero con más prestancia visual.
El frontal es como el del mencionado compacto pero incluso con un punto más de agresividad gracias a su rejilla inferior muy prominente. Encontramos unos acabados en tono metálico en los paragolpes que también colabora un poquito más a su imagen deportiva, como también lo hace la doble salida de escape cromada.
Alrededor de todo el perímetro del coche tenemos una banda negra en la parte inferior que le confiere un toque a vehículo campero, con lo que se mezclan los estilos y usos que puede tener el Ateca. No faltan los detalles prácticos como las barras del techo.
Nuestra unidad de pruebas contaba con unas espectaculares llantas de 19″ que refuerzan aún más el toque deportivo pero que tiene en su contra en el uso fuera de carretera por su bajo perfil y por lo expuestas que quedan a roces y toques con piedras, por ejemplo.
Mucho espacio interior
En la parte delantera tenemos mucho espacio para piloto y copiloto pero donde de verdad destaca el Ateca es en la parte trasera. Aquí hay una altura disponible excelente a la vez que un espacio para las piernas muy destacable mientras que en lo que se refiere a anchura se pueden acomodar tres adultos, aunque el pasajero de la plaza central irá algo apretado.
En cuanto a detalles aquí el Ateca pierde fuelle, pues normalmente un SUV cuenta con detalles prácticos de los monovolúmenes y este es un aspecto que puede justificar el fuerte ascenso de estos SUV. El respaldo trasero es abatible en dos mitades pero la comunicación con el maletero no deja un suelo plano de carga. Además la banqueta no se puede puede abatir hacia delante ni los asientos cuentan con regulación longitudinal. Por lo menos contamos con un reposacodos central que tiene un par de posavasos en él.
A nivel de terminación encontramos materiales de bastante buena calidad que están un punto por delante del León, con el cual comparte gran parte del diseño del salpicadero. La tela de los asientos en alcántara le otorga un plus de distinción y prestancia que algunos de sus rivales no pueden equipar.
Maletero práctico.
En este apartado es donde el Ateca podría flojear más por el hecho de contar con tracción a las cuatro ruedas y lo que suele implicar en que la capacidad del maletero se resienta. La cuestión es que contamos con 485 litros de capacidad, que sólo son 25 menos que las versiones con tracción delantera, y podrían ser más de no ser por los pasos de rueda traseros, que invaden bastante la zona de carga.
Para hacernos la vida algo más fácil contamos con un par de ganchos para bolsas y una pequeña cincha para sujetar esas cosas que suelen ir sueltas. Otra cosa que nos ayuda, y bastante, es el abatimiento del respaldo de los asientos traseros con dos palancas situadas bastante a mano encima de los pasos de rueda traseros.
Algo que también es de agradecer es el reposacodos central de los asientos traseros que, al abatirlo, tenemos una trampilla que nos da acceso al maletero para coger algo de este o para transportar unos skies, por ejemplo. Bajo el piso del maletero encontramos una rueda de emergencia junto al subwoofer (si equipamos en sistema de sonido más potente) y los consabidos huecos para triángulos y herramientas.
En el debe podemos citar un plano de carga alto y el escalón que queda entre el paragolpes y el piso del maletero. Hay un par de huecos para dejar objetos en ambos lados del mismo, cerca del paragolpes, que parecen improvisados, pues ni por forma ni acceso son prácticos.
Equipamiento muy completo
Seat ha tirado la casa por la ventana con el equipamiento Xcellence Plus de nuestra unidad de pruebas. Un comprador medio no echará en falta prácticamente nada, pues de serie tenemos el equipo de sonido de gama más alta, apertura del portón trasero asistida, asistente de aparcamiento, climatizador bizona, control de crucero, asistente de luces en carretera, airbags de rodillas, faros LED, freno de mano eléctrico, control de presión de neumáticos, control por voz o cámara de aparcamiento.
Como se puede apreciar es un equipamiento bastante rico que no decepcionará a la inmensa mayoría de sus compradores pero hay bastantes opciones disponibles de las que recomendamos el connectivity box y la apertura del maletero manos libres. Algo más caro, pero por lo menos hay que considerarlo, es el techo panorámico.
Perfecto equilibrio.
La combinación del motor 2.0 TDI 150 con la tracción a las cuatro ruedas nos parece perfecta para un comprador del Ateca. Sus 150 CV aparecen por completo entre 3.500 y 4.000 rpm, con un par de 340 Nm constante entre 1.750 y 3.000 rpm.
Disponemos de un motor que cumple muy bien a la hora de mover el Ateca y además contamos con tracción a las cuatro ruedas para cuando las condiciones de la carretera se ponen difíciles o si queremos hacer una pequeña incursión en caminos de tierra.
El motor empieza a dar lo mejor de sí mismo cuando llegamos a 1.800 rpm y después tiene un empuje constante hasta las 4.500 rpm, tanto que parece un buen atmosférico. Una vez llegados a esas 4.500 rpm no merece la pena estirar más el motor y lo suyo es subir una velocidad.
Ya que hablamos de velocidades contamos con una caja de cambios de seis relaciones cuyas tres primeras marchas están correctamente escalonadas pero las tres últimas resultan algo largas en busca de buenos consumos en carretera. Si fueran un poco más cortas el consumo no aumentaría mucho y a cambio tendríamos algo más de brío en el motor.
El único punto criticable es la respuesta al acelerador, que cuenta con un pequeño retraso al responder que puede hacer incómodos los cambios de marcha si somos muy rápidos al realizar esta operación. En lo que sí nos ha incomodado es a la hora de reanudar la marcha si nos paramos en una cuesta arriba: si aceleramos poco el coche se calará, como nos ha sucedido varias veces a lo largo de la prueba, probado con varios conductores.
Luces y sombras.
Quizá el puesto de conducción sea el apartado que más contradicciones nos ha provocado. Por un lado tenemos una instrumentación clara y de buena lectura con todos los mandos a mano. La sonoridad interior es muy buena, dando la impresión de ir completamente aislados cuando circulamos con el motor a menos de 2.500 pm y el freno de mano eléctrico tiene un funcionamiento impecable: da la impresión de no estar actuando cuando en realidad si lo hace tras cada detención completa del coche (en un semáforo por ejemplo).
Contamos con un selector de varios modos de funcionamiento del Ateca para personalizar cómo queremos que responda el coche en función de por donde circulemos. Así pues, tenemos disponibles los modos Eco, Normal, Sport, Nieve, Off-road y uno que nos permite personalizar cada aspecto que se ve afectado por los modos.
En cada uno de ellos se nota cómo cambia el comportamiento del Ateca al seleccionarlo, aunque nosotros hemos preferido ir en carretera siempre en modo Sport por la respuesta que tiene el acelerador a nuestra solicitud; en el resto de los modos parece que al motor le faltan 30 CV por lo menos. Lo opuesto lo tenemos en el modo Eco, pues se pueden conseguir unos consumos casi de risa, como veremos más adelante.
En el lado del «debe» está la ubicación de los mandos de los elevalunas en el lado del conductor, en una posición bastante retrasada que nos obliga a hacer florituras con la mano a la hora de accionarlos. La vista trasera también es algo reducida, aunque en este caso es un peaje de diseño al tener una luna trasera de altura tambiénreducida.
Gen SEAT escondido.
No descubrimos nada nuevo si indicamos que SEAT es una marca que siempre imprime un toque deportivo a sus productos pero en el Ateca nos cuesta encontrarlo. A pesar de que contamos con tracción a las cuatro ruedas las inercias de la carrocería y el peso del coche hacen que el morro vaya buscando el exterior de las curvas cuando vamos circulando rápido en zonas de curvas medias y lentas, y eso que las llantas de 19″ ponen su granito de arena en estas lides.
La suspensión es cómoda y muestra un buen compromiso, pero a la hora de sacar la quintaesencia del Ateca echamos en falta que contenga más los movimientos de la carrocería.
Todo esto, repetimos, es buscando lo mejor que puede dar el Ateca pero circulando normalmente con él no podemos poner ninguna pega, siendo un coche muy fácil de conducir y con buena visibilidad hacia delante.
Fuera de carretera nos ha gustado que el sistema de tracción nos puede hacer salir de alguna situación complicada que otros SUV quizá no puedan superar, contando, eso sí, con que llevamos un calzado orientado totalmente para su uso en carretera y no fuera de ella.
Resolutivo y económico.
Como hemos comentado antes, el motor 2.0 TDI 150 es ideal para el Ateca por ser capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 9 segundos y lograr una velocidad máxima de 196 km/h, una cifra que deja al Ateca en una posición muy buena frente a sus rivales.
En lo que se refiere a consumos, durante nuestra prueba hemos conseguido una cifra media de 6,3 l/100 km, algo que podemos considerar correcto habida cuenta del peso extra que tiene que arrastrar el Ateca por la tracción a las cuatro ruedas. Lo bueno es que siendo cuidadosos con el acelerador y circulando en modo Eco, podemos conseguir en carretera un consumo casi ridículo de 4,6-4,7 l/100 km.
Competencia feroz.
Que los SUV están de moda es algo que es obvio y rara es la marca que no dispone de uno de ellos en su gama, y el que no lo tiene normalmente suele estar pensando en hacer uno.
El Ateca, por sus dimensiones, se encuentra a medio camino de los SUV de 4,20 m. y los de 4,50 m., por lo que se mueve en una zona «peligrosa». El primer rival lo encuentra en el grupo VAG en el VW Tiguan, aunque este es algo más largo.
Su posicionamiento es para luchar con rivales como el Nissan Qashqai o el Kia Sportage. Por debajo podría enfrentarse al Fiat 500X, Jeep Renegade u Opel Mokka X pero, repetimos, el Ateca tiene que jugar en la liga del líder del segmento: el Qashqai.