Los frenos, los neumáticos y los amortiguadores son tres elementos del vehículo fundamentales para nuestra seguridad y todos los conductores debemos saber la importancia de tenerlos controlados. Se les denomina, triángulo de seguridad y en el post de hoy nos vamos a centrar en el primero de ellos, los frenos. Cada cuánto tiempo conviene cambiarlos, tipos de frenos y consejos para frenar de forma segura.
Los frenos son uno de los elementos de tu vehículo que están sometidos al desgaste y antes o después hay que cambiarlos porque los utilizamos de manera constante durante la conducción. Es importante realizar revisiones periódicas para evitar circular con los frenos en mal estado pero también saber hacer un uso adecuado de los frenos y reconocer cuáles son los síntomas que nos indica que algo no va bien.
En muchas ocasiones nos preguntan que cada cuánto tiempo se tienen que cambiar los frenos y es algo muy relativo porque el desgaste de los frenos está relacionado con el modelo de coche y con el uso que hagas de ellos durante la conducción. Lo que sí está claro es que si circulas más por ciudad que por carretera las pastillas de freno se desgastan mucho antes. En cualquier caso, se recomienda controlarlos a partir de 25.000 kilómetros aproximadamente
Si tenemos que detener nuestro vehículo el estado de los frenos y la velocidad a la que vayamos van a ser determinantes pero también la forma en la que el conductor realiza la frenada. La diferencia entre frenar y detener el coche a tiempo, o no hacerlo, puede ser vital.
Tipos de frenos
Los más comunes son los frenos de disco y los frenos de tambor y el principio de funcionamiento es igual para los dos. Su capacidad para decelerar se basa en la fricción que se produce al poner en contacto dos elementos en movimiento, es decir, la fricción resultante del roce de la pastilla de freno contra un disco en el caso de los primeros o contra el tambor en los segundos.
Y también está el sistema ABS, Sistema Antibloqueo de Frenos que funciona con un ordenador que recibe la señal del pedal de freno y los sensores de las ruedas.
Elementos que componen los frenos y que tenemos que controlar:
- Pastillas de freno o las zapatas, dependiendo si son de disco o tambor. Sobre los 30.000 kilómetros puede que están para cambiar, es conveniente mirarlos porque es fácil ver si están desgastadas o no.
- Discos de freno: la fricción que ejercemos al frenar no sólo desgasta las pastillas si no también el disco, aunque es habitual que duren más que las pastillas aproximadamente el doble. Comprobar si está desgastado es fácil porque se ve a simple vista.
- Líquido de frenos: hay que cambiarlo cuando nos indique el fabricante pero en la mayoría de ocasiones suele ser cada dos años.
Consejos para frenar en una recta, curva o en una situación de emergencia:
- Cuando vamos en una recta la forma correcta de frenar es ejercer presión fuerte y de una sola vez para que las ruedas se agarren al asfalto y tengan giro suficiente para obedecer las órdenes de la dirección. No hay que pisar el embrague hasta que se haya detenido el coche porque si no podemos calar el motor.
- Si por el contrario vamos por una curva la cosa se complica un poco más y siempre debemos frenar antes del comienzo de la curva para que el coche tenga las 4 ruedas apoyadas y que no se desestabilice.
- Las frenadas de emergencia suelen ser las más peligrosas y por norma general reaccionamos con un comportamiento instintivo que nos hace pisar con fuerza el freno bloqueando así las ruedas. En estos casos lo correcto es pisar el embrague al mismo tiempo que el freno para desconectar el motor de la transmisión y que no interfiera en la frenada, se equilibran los pesos y se consigue una frenada más estable.
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